Sinfonía por el Perú

El proyecto “Sonidos de la Frontera” ha representado un hito significativo para nuestra organización en múltiples aspectos. En primer lugar, ha brindado a los niños y niñas de nuestro centro de formación en Caballococha (Loreto, Perú) la oportunidad de participar en un enriquecedor intercambio cultural y artístico que ha fortalecido su identidad y habilidades musicales. Este programa no solo los ha expuesto a experiencias interculturales valiosas, como talleres, viajes, conciertos extraordinarios y sesiones de formación, sino que también les ha proporcionado una plataforma para expresarse y crecer de manera integral. 

La música, como catalizador de la transformación social en las comunidades, nos ha permitido superar las fronteras imaginarias entre nuestros países, demostrando que compartimos más similitudes que diferencias y que nuestra diversidad nos fortalece como comunidad. Esta ha sido la fuerza motriz que ha unido cada una de las experiencias dentro del proyecto durante estos primeros dos años. Por ello, quisiera reconocer y agradecer el impulso y visión de las cancillerías de Perú y Colombia, cuyo respaldo al proyecto ha fortalecido los lazos de integración y desarrollo en las comunidades fronterizas. 

El cancionero que presentamos es el resultado de las experiencias compartidas entre los niños y niñas de Caballococha (Perú), Puerto Nariño y Leticia (Colombia). A través de estas cautivadoras melodías, nos invitan a un viaje excepcional por los sueños, la cotidianidad, las emociones y las preocupaciones de los niños del Amazonas. Con la claridad de sus palabras y esencias, nos transportan a la posibilidad de un mundo mejor, donde cuidar nuestra Amazonía, abrazar la diversidad sin discriminación y construir la paz desde la integración son metas alcanzables. 

Un aspecto fundamental de esta iniciativa es la revalorización de la lengua ticuna, un idioma indígena compartido por las comunidades amazónicas de Perú y Colombia. Trabajar desde modelos pedagógicos interculturales que promuevan la revitalización de esta lengua ha fortalecido la identidad, autoestima y sentido de pertenencia cultural de los participantes y sus familias. Además, como organización, nos ha permitido aprender e incorporar nuevos enfoques a nuestro modelo de trabajo, reimaginándonos desde el territorio para crear procesos auténticos y pertinentes. Hoy, todos los centros de Sinfonía por el Perú incluyen este repertorio como parte integral de sus materiales de trabajo. Miles de niños en Perú ahora tienen un conocimiento más profundo de la Amazonía gracias a estas letras y canciones. 

En Sinfonía por el Perú, apostamos por procesos de transformación social mediados por la música. Estas intervenciones nos permiten desarrollar habilidades en los participantes, como la creatividad, resiliencia, cooperación y empatía, que son transferibles a otros aspectos de su desarrollo, como la educación, la comunidad y sus proyectos de vida. Además, contribuimos al cierre de brechas importantes en términos de derechos culturales, como el derecho a la educación artística y a la identidad cultural. Esta iniciativa es un ejemplo vivo de cómo podemos generar experiencias interculturales positivas, contribuyendo a la construcción de un imaginario colectivo de bienestar donde la música desempeña un papel cohesionador y evidencia el rol clave que la cultura tiene en el desarrollo sostenible. 

Quisiera concluir expresando nuestro agradecimiento a todos los equipos que han hecho posible Sonidos de la Frontera, tanto de Sinfonía por el Perú como de la Fundación Nacional Batuta. Finalmente, un agradecimiento especial a los niños, niñas y familias de Caballococha, Puerto Nariño y Leticia por abrirnos las puertas del bosque, permitirnos navegar con esperanza por el Amazonas y hacernos parte de este maravilloso viaje hacia un mundo hermoso. 

Gabriela Perona
Directora Ejecutiva
Sinfonía por el Perú